Valdepeñas (Ciudad Real) con más de 30.000 habitantes es una de las ciudades más importantes de la cultura del vino a nivel nacional. Historia y tradición van de la mano en una localidad que «brinda alegrías». Y es que, Valdepeñas es de armas tomar, y no es para menos, ya que el 6 de junio de 1808 los valdepeñeros se enfrentaron con los útiles más rudimentarios de defensa a las tropas francesas e impidieron su llegada a Bailén. Con un par. Esta hazaña le valió el título de “Muy Heroica Ciudad”, como reza su escudo.
El núcleo de la vida urbana y comercial es la Plaza de España, de finales del siglo XVIII, caracterizada por soportales que sirven de sujeción a las vistosas fachadas blancas y azules. Desde este enclave podemos recorrer su valioso patrimonio arquitectónico: el Ayuntamiento, el Mercado, la iglesia de la Asunción y su fuente central que representa una prensa de vino, principal riqueza de Valdepeñas. Varias rutas están organizadas para profundizar en su idiosincrasia: museos, esculturas, arquitectura religiosa y civil. Sin duda, una parada obligada es su Museo del Vino que acoge la evolución de las prácticas culturales de la vid y la cronología de la Denominación de Origen Valdepeñas. Después de realizar un intenso recorrido por todas las salas, me despiden con una cata para conocer la nueva generación de vinos de la zona: vinos de autor frente a los vinos más clásicos.
Y ahora, ¿dónde comer?
Es un día festivo y el ruido de mi estómago, a modo de campanadas, me comenta indiscretamente que son las 14:30. Ya es hora de comer. La dificultad de encontrar un establecimiento se hace mayor en un municipio donde la gastronomía y los grandes vinos son los protagonistas. Elegir es difícil. Prefiero, como casi siempre, dejarme llevar por las calles, sin rumbo establecido ni recomendaciones imposibles de localizar. Callejear por sus rincones, admirar los pequeños detalles, observar qué ofrecen y cómo se venden los diferentes productos de los restaurantes son un estímulo para encontrar la propuesta más interesante.
15:20h. Qué no cunda el pánico. He fichado locales muy interesantes, pero todavía no he sentido el flechazo… cosas del amor. Carteles, menús de degustación, terraza, interior,… ¡Qué complicado y qué hambre! Paciencia. Aunque también tiene sus riesgos ya que me puedo quedar sin mesa. Qué no llegue la desesperación por comer donde sea, que suelo acertar. Aguanta. Por fin, tierra a la vista; veo una atractiva portada que llama mi atención.
Calle Bernardo de Balbuena, nº19
La enorme cristalera no deja nada a la imaginación sobre su interior: productos de calidad. ‘Jamón Spain’ (C/ Bernardo de Balbuena nº19) es “un concepto diferente de entender el buen comer y beber. Aquí puedes comprar o degustar alimentos muy exclusivos de toda España”, afirma Vicente López.
Vicente López regenta este acogedor establecimiento gastronómico donde se seleccionan minuciosamente los mejores productos del mercado. Entrar en su establecimiento es dirigirse a la cuna del los buenos jamones, quesos, aceites y, por supuesto, vinos. El local está diseñado por “secciones gourmets” donde se entusiasma a los paladares más exigentes. Una atmósfera única creada entre palés reciclados, paredes de ladrillo, plantas, expositores y un suelo hidráulico, que es muy llamativo para alguien que no se suele fijar en estas cosas.
Si el local es fantástico, el verdadero descubrimiento es el propio dueño que prioriza “la satisfacción del cliente por encima de todo”. De hecho, al preguntarle qué visitar por los alrededores no dudó ni un momento en sacar un folio y apuntar los lugares que él visitaría. Un trato personal e inigualable de los que solo las personas que aman su trabajo son capaces de realizar. La variada y deliciosa comida estuvo regada por algunos vinos de la zona, pero solo podía escoger algunos. Tendré que volver pronto.
Y es que Vicente no se pierde una porque en su espacio también celebra citas culturales como monólogos, espectáculos flamencos y recitales poéticos. Además patrocina eventos como torneos de golf, concursos de tortilla y maratones. Los días 25 y 26 de marzo organiza el I Festival Gastronómico Cultural con sorprendentes actividades para todos los visitantes: II Concurso Nacional de Cortadores de Jamón, concentración de food trucos, conciertos y desfiles de moda, entre otras. Por Dios, ¡¿qué alguien pare a este hombre?!