- Periodista y comunicadora especializada en el asesoramiento de proyectos enoturísticos y gastronómicos.
- Sumiller profesional, «estudiarlo fue una experiencia muy interesante que me permitió ordenar el conocimiento autodidacta».
- Máster en Planificación y Gestión del Turismo Enológico coorganizado por la Universidad Rovira i Virgili y la Universidad de La Rioja, una combinación explosiva.
- Una de sus frases favoritas: «Wines, like people, often reach their peak in the face of adversity/Los vinos, como las personas, a menudo llegan a su punto máximo frente a la adversidad».
Ruth Troyano (Reus, 1979) es una periodista freelance todoterreno, sobre todo en cualquier terruño entre viñedos. Su pasión por la gastronomía y la cultura del vino le ha llevado a ser una experta en redes sociales y estrategias de comunicación en numerosas empresas. Pero siempre en continua actualización en estos tiempos digitales tan cambiantes, que como ella siempre dice «sigo aprendiendo de y con los demás». Su exitoso blog ‘Vi Moments Persones’ le ha llevado a cosechar numerosas distinciones como el ‘III Concurso BlocDOCat’, organizado por la DO Catalunya, y el premio ‘Hotel Cal Llop de Periodismo 2013‘. Su generosidad y predisposición hacen que podamos compartir una «primera cita virtual», que espero que tras esta, haya una segunda, pero con una botella de vino tinto de por medio. Estaré pendiente del «doble check» de mi whastapp para ver si me contesta, pero con dignidad.
BLOG VINS·MOMENTS·PERSONES
¿Cómo fue la experiencia de realizar un blog desde cero?
Empecé el blog después de realizar distintas visitas a bodegas e iniciar un cambio de vida profesional. Era un acercamiento al mundo del vino muy puro, muy sano, desde el desconocimiento y el periodismo. Empecé a retratar a las personas que elaboran, sienten y se emocionan con el vino. Sus momentos de cata, los paisajes que los envuelven y les dan sentido a sus proyecto. Así empezó todo, de forma muy naturalmente. En lugar de anotar en una libreta, decidí abrir un blog para compartir mis escritos y a la vez indagar en la red.
Enhorabuena por todos los premios recibidos con tu blog. ¿Qué te ha aportado el blog en todos estos años? ¿Algunas decepciones?
¡Gracias! La verdad es que mi objetivo no ha sido escribir el blog para concursar, pero llegaron ambos de manera inesperada -el primer premio con solo 6 meses de vida del blog- y estoy muy agradecida a todos los que apoyaron y defendieron el proyecto, especialmente a los que accedieron a que contara sus historias. El blog me ha enseñado tanto como la universidad sobre enoturismo y sumillería, además de sobre pasiones, ilusiones, inquietudes… He conocido a personas muy sinceras, honestas y profesionales, que me han ayudado a comprender y aprender del mundo del vino. Me quedo con todo lo positivo. No hay decepciones porque el blog no es profesión sino pasión y todo lo que he volcado en él es puro sentimiento.
El blog me ha enseñado
tanto como la universidad
sobre enoturismo y sumillería,
además de sobre pasiones,
ilusiones, inquietudes,…»
A veces pienso que tener un blog es como dar gritos en el desierto. Te preguntas: ¿Hay alguien ahí que me lea?
Parecerá narcisista pero a mi el blog me ha servido para ordenar mis visitas, dejar constancia de lo conocido y de lo mucho que me queda por conocer en el mundo del vino. Con el papel -aunque me encanta- soy muy desordenada, tengo muchas libretas escritas pero sin orden y si no paso las notas a limpio, allí queda el conocimiento que me han transmitido. El blog siempre me ha dado sorpresas positivas. Escribo para mí y para quien quiera leer, pero sin ninguna pretensión. Cuando me preguntaban sobre cuántos me leen, ni yo lo sabía. No me ha preocupado la cantidad, sino la calidad de los escritos. Que reflejaran la realidad y que pudieran servir para algo, aunque fuera a pocos.
Sí, es un desahogo personal. Yo también me quedo con las historias más cercanas que esconde el vino. Por otro lado, en los últimos años el mundo del blog ha sufrido un “boom” en todas las temáticas, ¿crees que hay una burbuja digital?
El momento nos permite ser no solo consumidores de información sino también productores, lo que los expertos llaman “prosumers”. Como periodista, creo que falta originalidad, creatividad y profesionalidad en muchos de ellos, pero creo que la red también pone a cada uno en su sitio. Como dijo Darwin: “sobreviven los más fuertes” o los que se adaptan mejor a los cambios. Creo que el tiempo y la calidad ponen a todos en su sitio. Ahora me parecen imprescindibles los blogs con vídeos que generen contenido nuevo, virgen y atractivo. Pero requiere tiempo y profesionalidad, y no todo el mundo está dispuesto a ello…
#ENOCOMUNICACIÓN
Como periodista especializada en turismo enológico que has trabajado en casi todos los medios, ¿cómo ves la estrategia de comunicación de las empresas en la cultura del vino?
Creo que hay un largo recorrido aún. Las grandes empresas disponen de gabinetes de comunicación y las pequeñas apuestan por el “do it yourself”, y creo que es totalmente equivocado. No hay estrategia, no hay calidad, no hay conocimiento del medio. Muchas veces una mala comunicación empobrece el producto, el proyecto, el vino. Deberíamos de ser más coherentes. La calidad no solo se mide en el vino, también en la comunicación. Si alguien se preocupa de ella, estoy convencida que también habrá creado un buen vino. Y no hablo de marketing e imagen, que también, sino de hacer las cosas básicas bien hechas, por ahí se empieza todo. Nunca se me ocurriría hacer un vino con un becario; una nota de prensa, tampoco. Ni una web, ni la estrategia de redes sociales, etc.
En muchas ocasiones parece que tenemos que creer más en nuestro propio producto y saber venderlo mejor, ¿es cierto?
Creer es fundamental, es que si no crees en lo que haces, ¿cómo puedes contagiar a otros tu pasión? A veces viajar ayuda, no solo para comparar, sino también para mejorar. Se dice que los mejores enólogos son los que más viajan. No se trata de mirarse al ombligo, sino de mirar hacia el horizonte. No es vanidoso creer y apostar por lo propio pero siempre teniendo en cuenta que los hay mucho mejores y que siempre se puede hacer más y mejor.
¿Cuáles serían los puntos débiles en comunicación? ¿Y los puntos fuertes?
La comunicación es esencial, es uno de los tres retos del mundo del vino en este siglo XXI junto con el cambio climático y la incorporación de nuevas generaciones al consumo responsable de vino. Es además transversal en todo el proyecto y deberíamos convencernos que con honestidad, profesionalidad y tiempo puede ser un valor añadido, no solo para nuestro vino, sino para toda una región, para abrirse al enoturismo, para fortalecer el desarrollo social y económico de las zonas rurales. Hoy las redes sociales pueden hacer visible un pequeño proyecto en todo el mundo. Con un clic, con un hashtag, se puede conectar con quienes en otros tiempos era imposible. Esto es revolucionario y no aprovecharlo en el mundo del vino es dejar pasar una locomotora.
Hoy las redes sociales pueden hacer visible
un pequeño proyecto en todo el mundo.
Con un clic, con un hashtag, se puede conectar
con quienes en otros tiempos era imposible»
¿Dónde habría que apostar con más fuerza para seguir mejorando en la #enocomunicación?
Depende. Cada proyecto es un mundo. Hay bodegas muy importantes que no necesitan ni página web. Pero tienen un enólogo al frente que no hay día que no se mueva de país en país. Yo creo que cada proyecto debe medir sus posibilidades y hacer una apuesta, aunque limitada, en hacerse visible en un mundo, el digital, el de las redes sociales, que es una realidad y que no podemos obviar.
¿Cómo se puede mejor la experiencia enoturística de los visitantes para conseguir que repita?
Siendo sinceros, honestos y transparentes. Contando historias, descubriendo paisajes. Adaptándose a las necesidades de la audiencia, no solo el discurso, sino el tono. Suena a tópico pero para nada sirve una visita técnica al enoturista. El enoturismo es turismo cultural y hay que atrapar al visitante casi como en un cuento. Y dejarle catar el vino tan pronto como sea posible. ¡Viene a la bodega para ello! No puedo entender los que guardan lo mejor que tienen para el final. Empezar con una cata, invertir el orden, despierta el efecto «¡guao!» y pocas bodegas lo exploran todavía. Creo que hace falta arriesgar y sorprender, pero a la vez ser muy natural: lo que buscamos en un vino es que nos traslade al terruño, que se desnude, que sea claro e imperfecto. Leí hace tiempo que “la pasión es imperfección» y el vino es pasión, ¿o no?
REDES SOCIALES
La comunicación en el mundo digital es una herramienta imparable para organizar un viaje, comprar un vino o ir a un restaurante. ¿Las empresas vitivinícolas y gastronómicas son conscientes de las enormes posibilidades de las redes sociales?
Creo que no demasiado, pero por suerte el ejemplo de algunos que ya han hecho una apuesta hace 4-5 años y ven resultados hace que ahora otros se apresen a hacer lo mismo. Se delega demasiado la comunicación a amateurs y esto genera confusión en el cliente final. Cuando hay un profesional al cargo y un proyecto con objetivos, los resultados llegan, no hay duda. Me contaron hace poco que en California tienen cifradas en 600 las decisiones que toma un enólogo para elaborar un vino y pensé que seguro que no están incluidas las de comunicación. Creo que no exageraría si dijera que son unas 600 decisiones más y a veces lo infravaloramos.
¿Dónde deben mejorar estas empresas?
En comunicación off line y on line. En comunicación interna, por ejemplo. Los trabajadores pueden ser el mejor altavoz de la bodega, pero ¿saben, por ejemplo, donde llega el vino que producen? Me he encontrado con proyectos que no lo sabían. Hay mucho camino por recorrer, y además tenemos más instrumentos que nunca, pero lo hacemos peor. Necesitamos mejorar los canales de comunicación interna, la comunicación que se traslada a medios -¡no podemos mandar notas de prensa sin titular! Ya sé que esto es un básico pero la innovación empieza aquí- y luego la que generamos en redes sociales y web. Tenemos muchas posibilidades para que nuestro proyecto con raíces deje de tener fronteras, pero nos las imponemos demasiadas veces. Hay que apostar por un profesional. Y sí, es un lugar de trabajo, pero puede ser, por qué no, compartido con otros agentes enoturísticos del territorio. Crear un relato común ayudará a fortalecer el origen compartido.
Soy vinero
Es una oportunidad conocer
a través de las redes sociales
opiniones negativas que de otro modo
pasarían inadvertidas»
El consumidor potencial está en todas las redes sociales y se fía de las opiniones de otros usuarios, ¿cómo debe gestionar una marca las opiniones negativas sobre su producto?
Es una oportunidad conocer a través de las redes opiniones negativas que de otro modo pasarían inadvertidas. Nos pueden ayudar a detectar un problema y abordarlo, y además reconocer la autoridad del usuario e invitarlo a que vea que lo hemos solucionado. Todas las críticas formuladas con respeto son bienvenidas. Son la base para crecer. Y hay que tener en cuenta que ni cuando somos buenos lo somos tanto, ni cuando somos malos, los peores.
Es complicado porque todas aportan y te acercan a un segmento de la población. ¿Con qué red social te sientes más cómoda?
Como usuaria con Twitter. Debe de ser por deformación profesional. Son los titulares de los periódicos. Pero como acostumbro a escribir y hablar mucho, el refuerzo siempre es el blog para poder ahondar, justificar, reflexionar… Twitter me gusta porque se puede ser directo, claro y te permite contactar con voces autorizadas que están muy lejos.
EL SUMILLER
El sumiller es una figura indispensable en la promoción de los vinos, ¿está reconocido y valorado como se merece?
Creo que sí y que cada vez más. Nos gusta encontrar en tiendas y restaurantes personas que nos descubran nuevas referencias e historias, vinos que nos sorprendan. En los últimos años hay mucho interés en formarse en este terreno y es muy positivo. El sumiller es esencial, es cómplice del enólogo y del cliente. Es como un periodista, que procesa la información para que llegue a buen puerto. Me gustó la definición que hace el grupo de música ‘Sommeliers’ sobre esta figura y la reflexión del porqué ellas también se llaman así: «Como en el mundo del vino, el sumiller, encargado de mostrar y hacer llegar el producto al cliente, nosotros hacemos llegar la música clásica de una manera diferente, a un público más amplio».
¿Por qué decidiste realizar los estudios de sumiller?
Porque si hablaba de vinos quería hacerlo con conocimiento de causa. Sabía poco, y aún se poco, pero un poco más que hace 5 años sí. Fue una experiencia muy interesante que me permitió ordenar el conocimiento autodidacta que tenía y conocer a muchos profesionales interesantes del sector, también en el mundo académico.
El sumiller es esencial,
es cómplice del enólogo y del cliente.
Nos gusta encontrar en tiendas y
restaurantes personas
que nos descubran nuevas referencias e historias,
vinos que nos sorprendan»
Valentina Litman, Pilar Cavero, Gemma Vela,... las mujeres estáis pisando fuerte en este sector tradicionalmente masculino. ¿A qué se debe este auge?
Bueno, las tres son unas grandes, representan para mí palabras mayores. Solo conozco en persona a Pilar y ya me impresionó con su saber estar en el concurso de mejor sumiller de Cataluña de hace unos años. Hay mucha valentía en ellas, tesón, conocimiento, inconformismo. Como me dijo Pilar cuando se marcho del Celler de Can Roca, lo hacia por “salir de la zona de confort”. Esto la honra. Y me enorgullece ver mujeres que lideran bodegas, que son sumilleres reconocidas, que escriben sobre el mundo del vino… Porque hay hándicaps, los hay, aunque cada vez menos. Y llegar donde lo han hecho no es fácil porque si conociéramos cada una de sus historias veríamos renuncias que en una figura masculina no hay. Lo importante es que las nuevas generaciones vean a las mujeres en tantos sitios de responsabilidad – si lo merecen – como los hombres.
Como en todas las profesiones el aprendizaje es esencial. ¿Cómo puede seguir formándose un sumiller?
Catando. Reconozco que yo lo hago poco, y cuando bebo vinos no analizo. Mi actualización viene por la lectura, no hay libro que aparezca que no lea, o por las visitas constantes a bodegas y encuentros con enólogos y amigos del sector que me ponen al día de lo que ocurre. Y luego está el trabajo. Para mí es muy importante no solo aportar mis conocimientos de comunicación sino que la bodega o empresa en la que esté me pueda enseñar cosas nuevas. Ahora lo estoy haciendo con el cava y la biodinámica y es apasionante todo lo que se puede aprender.
‘RETRATOS DE VINO’
Toni Sànchez-Ortiz, Francesc Ferré y Anna Espelt describen experiencias vitales y profesionales en la colección de libros “Retratos de Vino”. ¿Cómo surgió el proyecto?
Tras el curso de sumiller, me hicieron la propuesta y no pude decir que no. Es un proyecto soñado, poder contar con el mundo editorial para hablar de vino con pausa y tranquilidad. Son reportajes en profundidad, y me llevo el conocimiento de cada enólogo con el que he estado, pero sobre todo con su amistad. Los tres son puntales de la enología en Cataluña y me alegra haber podido ahondar en sus vidas profesionales que están intrínsecamente relacionadas con las personales. Hay en ellos muchos nexos en común.
En el vino interviene la naturaleza,
la humanidad y el tiempo»
Tres enólogos que trabajan en diferentes regiones vitivinícolas de Cataluña, ¿hay homogeneidad a la hora de tratar los viñedos?
Era la voluntad, reflejar distintos estilos de enólogo y el trabajo en distintas regiones. Como denominador común hay un amor incondicional al viñedo, al haber recibido en herencia unos viñedos y quererlos legarlos en las mejores condiciones. Hay muchas preguntas en ellos, conscientes de que tienen un largo recorrido por delante pero mucho ya aprendido. “La universidad nos enseñó a elaborar vinos técnicos; con lo aprendido podemos hacer ahora vinos filosóficos”, dice Anna Espelt. Pues un poco esto, la libertad de saber hacia dónde ir teniendo una base muy sólida. Algunos hasta se han formado en el extranjero: Toni en Burdeos, fue el primer Erasmus de enología de la Universidad Rovira i Virigili.
La figura del enólogo tiene un vínculo muy especial con la tierra, ¿podemos notar cómo transmiten su propio estilo al vino?
Sin duda. Todos ellos se consideran no solo enólogos sino también unos apasionados de la viticultura. Defienden que aquello que recibe la planta en el viñedo ya no es necesario añadirlo después en la bodega. Mínima intervención, máximo respeto. Buscan el equilibrio y la diversidad en el suelo. «Un viñedo vivo es un vino vivo», dice Francesc Ferré. Sin duda, cada enólogo trata de embotellar la parcela de donde procede la uva, con sus virtudes y defectos, siendo lo más honesto posible. Detestan que los vinos no trasladen al lugar donde han nacido y por ello son muy conscientes de este reto. Creo que en ello influye no solo la ciencia y la técnica aprendida, sino también la artesanía, y para algunos vinos diría que también el arte.
Soy vinero
Sin duda elaborar vino es una pasión paciente
y llena de interrogantes e incertidumbres«
La figura del enólogo “dirige” y controla los parámetros de calidad del vino. Sin embargo su experiencia en el campo es vital cuando acierta o falla, pero no puede aplicar estos nuevos conocimientos hasta la temporada siguiente. ¿La paciencia es una virtud que debe tener el enólogo?
Así es. En la presentación de los libros en Barcelona contamos con el sumiller Josep Roca y lo resumió perfectamente: «Para quien elabora el vino, desde la gestación hasta el descorche de la botella, el recorrido es un viaje a las dudas». Sin duda elaborar vino es una pasión paciente y llena de interrogantes e incertidumbres. Cuando se conoce el trabajo que conlleva todo el proceso –en el viñedo, en la bodega, la crianza-, creo que se valora más aún el alimento que es el vino. Por eso es necesario comunicar que en el vino interviene la naturaleza, la humanidad y el tiempo.
ÚLTIMAMENTE…
¿Qué vino ha comprado?
Por recomendación del sumiller de ‘Le Sommelier’, en Salou, compré ‘Blanc de Pissarres’, garnacha blanca, viura y pedro ximénez. De la bodega ‘Costers del Priorat’. Muy distinto, me gustó.
¿Qué bodega has descubierto?
Pues la última, la bodega Álvarez Duran de la DOCa Priorat, en Porrera, el nuevo proyecto de Salus Álvarez.
¿Qué vino has regalado?
El último vino que regalé fue a una amiga por su cumpleaños y también fue un DOCa Priorat que compré en la Entrevinyes -marcha entre viñedos- el año pasado: ‘Salanques’ de la bodega Mas Doix.
¿Qué ruta del vino has visitado?
DO Alella, a 15 minutos en coche de Barcelona. Una maravilla donde se hace cierto el poema de J.M. de Segarra “Vinyes verdes vora la mar”.
EL ESTRUJADO – Destacados por diseño y creatividad
- Etiqueta: Las que realizan los niños para el proyecto ‘Masroig Vi Solidari’ i las del proyecto de ‘Les Cousins’ en Porrera, estilo vintage y alegre.
- Bodega: ‘Clos Mogador’.
- Colección de vinos: ‘7 Magnífics’.
- Packaging: Me gusta mucho el estilo que la agencia Atipus ha creado para los «bag in box»del ‘Celler El Masroig’.
- Tienda: ‘Portal de Catalunya‘, en Reus, mi ciudad. Productos artesanos del país, y vinos, claro.
- Libro: De vino sería ‘Reading between the wines’ de Terry Theise y de literatura ‘El museo de la inocencia’, de Orhan Pamuk.