La enseñanza se centra desde muy pequeños a que aprendamos a escribir, a leer, a sumar,… pero, ¿por qué no nos enseñan a oler? ¿Por qué no se cultiva el sentido del olfato? Estas preguntas las llevaba en mente Jean Lenoir, enólogo borgoñón de referencia, que nunca encontraba las palabras adecuadas para identificar las sensaciones de los aromas. Conferencia tras conferencia se dio cuenta de un método sencillo y útil para que sus alumnos pudieran memorizar fragancias. De esta manera, en 1981 se aventuró a lo que parecía una auténtica locura por entonces; creó libros con pequeños frascos de esencias para ayudar en el aprendizaje olfativo. Nacía lo que hoy en día ya es un clásico: el juego sensorial ‘Le Nez du Vin’.
‘Le Nez du Vin’ es una colección de libros con los aromas más característicos del mundo del vino. ‘Los aromas básicos del tinto’, ‘Los vinos blancos y cavas’ o el ‘Masterkit’, que van desde los 6 hasta los 54 aromas, son algunos de los nueve packs disponibles. Los precios van desde los 25 hasta los 300 euros. Así que, ahorra, elige el tuyo para practicar y no te quedes sin palabras en la próxima conversación entre gurús.
A cualquier edad se puede educar el olfato
Estos estuches gourmet ponen a disposición de profesionales y aficionados un amplio vocabulario como herramienta para aprender las notas del vino. Además, sus nociones básicas de enología refuerzan toda la información que contiene una fragancia: procedencia, región y variedad de uva. El entrenamiento es una condición esencial para alcanzar la habilidad. Espino blanco, brote de grosella negra, heno cortado, acacia, lichi,… ¿serías capaz de diferenciarlos?
Después de más de tres décadas en el mercado han surgido nuevas ediciones que amplían la saga: ‘Le Nez du Whisky’ y ‘Le Nez du Café’. Un completo universo aromático para el desarrollo de la memoria olfativa. “Quisiera que esta confrontación odorífero abra las puertas de vuestra propia intimidad. ¿Hay algo más evocador que un olor para llevarnos a la infancia; para encontrarse, de pronto, en pantalón corto, en medio de un campo de trigo recién cortado o en una pieza donde flota un aroma de levaduras? Nuestra abuela está allí: su sonrisa, su delantal, todo revive”, rememora Jean Lenoir en este viaje por los sentidos.